Carta de viaje: Berlín, una ciudad que nunca duerme

Berlín una ciudad que une lo clásico con lo moderno y al mismo tiempo un pasado que ha dejado sus huellas. La sola presencia de los vestigios del Muro y la trascendencia de ese 1989 en la historia del mundo hacen que  no se pueda dejar de poner atención a esta ciudad que si bien volvió a ser una, aún muestra diferencias entre lo que fueran sus mitades. En el lado Este de la ciudad se destacan los viejos edificios y los monumentos, mientras que en el sector más occidental llaman la atención la belleza de los parques que abundan. Berlín despliega grandes bulevares en donde se puede hacer shopping y mirar las vidrieras de las mejores tiendas europeas.

Hay que tener en cuenta que los berlineses son algo peculiares. Lo cierto es que Berlín es una ciudad con mucha energía y que ha vivido cosas muy especiales. Son disciplinados, eficientes, civilizados, educados y sobre todo muy correctos, creo que más que fríos son poco sociables.

Si bien Berlín es tan cosmopolita que cada vez más gente habla inglés, la verdad muchas veces ¡no sirve demasiado! Pero igualmente el idioma no será un inconveniente. Desde mi experiencia es recomendable realizar alguno de los tantos free tours que ofrece la ciudad. Te darán un panorama general y luego estás listo para explorar Berlín por ti mismo.

Podrás comprobar que la mejor manera de moverse es viajar en metro… es más fácil de lo que parece en un principio. El alojamiento no es un problema, hay muchas opciones económicas.

Curiosidades
Algo muy peculiar que me llamo la atención, es la  cantidad de osos pintados y decorados con diferentes motivos. Muchas son las teorías que lo explicarían. La más corriente, Berlín viene de “Bär” que significa oso en alemán otra conjetura es que sea en distinción al duque Alberto I al cual se lo denomino Alberto el oso por su valentía y tesón. Hoy forma parte del escudo oficial y por esta razón también, los premios del festival de cine de Berlín son esculturas en forma de oso. Lo cierto es que el oso se convirtió en la mascota de Berlín. Otra curiosidad… El Trabant,  que significa “compañero viajero”, popularmente conocido como Trabbi, fue el automóvil comunista por excelencia. Este coche se ha convertido en una leyenda. Si quieres puedes darte el gusto de pasear en uno de ellos ya que se pueden alquilar. Por otro lado también veras el Ampelmännchen, que es la silueta típica de los semáforos en los pasos de peatones del sector de Berlín de la  República Democrática Alemana (Berlín Este o parte Soviética). Es un simpático hombrecito con sombrero de una apariencia bastante infantil, con una cabeza grande y las piernas cortas. El cual logro una enorme popularidad que hoy en día aún se mantiene, por lo que lo encontraras hasta estampado en remeras, vasos y otros suvenires.

Los rincones imperdibles…
Alexanderplatz, fue una de las zonas más importantes de la Berlín de preguerra donde se llevaron a cabo las descomunales manifestaciones previas a la caída del Muro. En las inmediaciones de la plaza se encuentra la Torre de TV, el Fernsehturm, símbolo de Berlín visible desde casi toda la ciudad. Muy cerca la Marienkirche, se trata de la iglesia más antigua de Berlín.

La Puerta de Brandenburgo, en la Pariser Platz, es una antigua puerta de entrada a Berlín y uno de los principales símbolos tanto de la ciudad como de Alemania. En ella se encuentra una escultura, la Cuadriga, que representa a la diosa Victoria montada en un carro tirado por cuatro caballos en dirección a la ciudad. No dejes de visitarla de noche para verla iluminada… !Toda una postal! Cruzando la puerta a la derecha encontramos el Reichstag, el majestuoso edificio del siglo XIX con la polémica cúpula transparente de Norman Foster; y el nuevo e impresionante complejo parlamentario, reflejo de la Alemania del siglo XXI. La cúpula transparente pretende ser  un elemento simbólico de la democracia parlamentaria y, el pueblo, desde la parte superior, puede ver que allí  todos los asuntos son llevados con claridad. Saliendo a la izquierda, se llega al Memorial del Holocausto (Holocaust Mahnmal) es un monumento que recuerda en Berlín a los judíos víctimas del holocausto. Es una hectárea de bloques de hormigón a modo de lápidas que varían en su altura, pero sin ninguna inscripción o recuerdo de lo que es. Recorrer los pasillos rodeado por estas lapidas cada vez más altas es una experiencia indescriptible, en lo personal me dejó fría. Pero como nunca hay que hacer caso a lo que te cuenten debes estar ahí y crear tu propia opinión. A unos metros, está el bunker de Hitler. Hoy, enterrado bajo un parque infantil y un bloque de pisos con un discreto cartel como única referencia… ¡que paradoja!

El Muro de Berlín, uno de los monumentos históricos más importantes de la historia que dividió Berlín en dos partes, República Federal Alemana y República Democrática Alemana,  durante 28 años separando forzosamente a un pueblo. El muro no fue derribado en su totalidad y todavía pueden visitarse algunos de sus tramos. Era conocido como “Muro de Protección Antifascista” (Antifaschistischer Schutzwall) por la socialista República Democrática Alemana y “Muro de la vergüenza” (Schandmauer) por parte de la opinión pública occidental. Hay una serie de paneles informativos muy interesantes,  lamentablemente se encuentran en su mayoría escritos en alemán pero las imágenes lo dicen todo. Estando ahí me dio la sensación de que aún se conserva un ambiente denso, sombrío y melancólico.

El Checkpoint de Charlie fue el más legendario de los pasos fronterizos, escenario de las más espectaculares fugas y de los más dramáticos sucesos durante la Guerra Fría. Aquí hay un museo donde se muestran fotografías y métodos de escape de los berlineses del este.

También está la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm que quedó destrozada por el devastador bombardeo de los ataques aliados durante la Segunda Guerra Mundial. Supongo que ese peculiar aspecto de castillo derruido le otorga un encanto especial. Definitivamente es una de las construcciones antiguas más emblemáticas de Berlín.

La Fuente de Neptuno, que representa el dios del mar, en una plaza con la catedral de St.Marien a un lado y próxima al ayuntamiento rojo, Roter Rathaus.
Museumsinsel o la isla de los Museos, vaya originalidad en el nombre, aquí se encuentran los impresionantes edificios de la Biblioteca Nacional y el Palacio de la República. Pero lo más destacado es sin duda el Berliner Dom, la espectacular catedral protestante coronada por una cúpula de cobre de color verdoso que se levanta en las riberas del Spree. A su lado está el Lustgarten, un parquecito ideal para descansar un rato después de una larga caminata. Y en esta misma isla está el Museo Antiguo, el Museo Nuevo, el Museo Bode, el Museo de Pérgamo -es uno de los museos más importantes de Europa que toma su nombre del altar de un templo griego, ¡verdaderamente vale la pena verlo!- y la Galería Nacional. Cabe mencionar que también se puede visitar el Museo de los Judíos pero se encuentra un poco más alejado.

Por otro lado, está el edificio de Daimler-Chrysler, el Shopping Arkaden, el teatro Stella. Pero sin duda la referencia de la nueva Potsdamer es el futurista Sony Center.

Caminando por Friedrichstraße, la calle de compras más famosa de la ciudad, podemos dirigirnos hacia Gendarmenmarkt, el mercado de los gendarmes, una preciosa plaza con dos iglesias gemelas.

Prenzlauer Berg, es un barrio que queda hacia el Este de la ciudad. Este logró escapar de lo peor de los bombardeos de la Guerra y actualmente es uno de los distritos más fashion de cafés y boutiques.

Algo de gastronomía
La comida alemana es bastante contundente y altamente calórica, probablemente después de visitar Berlín ¡vuelvas con unos kilitos de mas!  Es famosa sobre todo por sus salchichas, muy variadas en cuanto a colores y sabores. En el país se pueden encontrar cerca de 1.500 tipos de salchichas diferentes. Cada región alemana ofrece una especialidad diferente; las salchichas de Frankfurt, con un sabor suave, las salchichas de Núremberg, que se sirven asadas, o bien las de Baviera, con un color más claro.

Algunos platos típicos: Currywurst, salchicha troceada con salsa de curry por encima, suele acompañarse con patatas fritas, ¡imperdible! Eisbein, codillo de cerdo en salmuera acompañado con puré de guisantes y sauerkraut. Döner Kebab, pan relleno de carne, ensalada y salsa. Boulette, albóndiga frita de carne con perejil y cebolla. Kasseler, costilla de cerdo ahumada. Kartoffelsalat, ensalada de patatas, ¡recomendable! Rollmops, arenques enrollados. Strammer Max, rebanada de pan con manteca, jamón y un huevo frito. Berliner Pfannkuchen, Bollo relleno de mermelada de ciruela o fresa. Apfelkuchen, pastel de manzana, ¡para los golosos, una verdadera delicia! y el Käsekuchen, pastel de queso. Esta ciudad, también, una experiencia culinaria mucho muy variada, con opciones para todos los gustos, ofrece la posibilidad de probar los manjares de cualquier lugar del mundo…

Como no podía ser de otra manera, la  cerveza es la bebida nacional, así que es un buen motivo para investigar los distintos tipos que elaboran. Aquí van algunas variedades: Altbier, cerveza envejecida con un color oscuro y alta fermentación. Berliner Weisse, cerveza ligera y dulce con un color algo turbio. Bockbier, cerveza fuerte, suele tener 6% de alcohol. Kölsch, cerveza clara y ligera con 4,8% de alcohol. Es recomendable para los que no son muy amantes de la cerveza. Weizenbier, cerveza de trigo con un ligero sabor afrutado. Pilsen, cerveza rubia con sabor amargo.

Para tomar una cerveza, recomiendo visitar un kneipe o cervecería tradicional. La mejor cerveza   es la de grifo (vom fass) y la pils, rubia y ligera, es la preferida por los berlineses. Si la cerveza lleva la palabra schwarz  (negro) delante se refiere a una cerveza negra, schwarzbier. Se puede tomar algo por el Mitte, una de los principales zonas de restaurantes, cafés, bares y demás, es el eje Oranienburger strasse – Roshentaler strasse.

Berlín, una ciudad que nunca duerme…
Bueno a esta altura se ha hecho de noche… y ésta es uno de los mayores atractivos de Berlín. Sin lugar a duda es una de las mejores ciudades de Europa para la noche, y la lista de lugares es infinita. Por cierto, hay una guía gratuita de gran difusión, la Sandeman’s New Berlín, que está muy bien para conocer que hacer o donde ir. Bares de copas, discotecas, pubs y mucho más… Desde los locales del centro histórico de la ciudad, en el barrio de Mitte, hasta los famosos centros culturales atlernativos como el Tacheles o el Café Zapata. Suicide Circus y Vissionarie son unos de los más famosos clubs de música electrónica. En fin, ¡en Berlín la diversión está garantizada!

Los alrededores
Si aun te queda unos días más en Berlín entonces podes visitar Postmadam, la ciudad de los palacios. Conocida como la ciudad alemana de los emperadores. Fue famosa por albergar a su ejército infame y además por ser el lugar donde se encuentran majestuosos palacios.

Otra alternativa, es visitar Sachsenhausen, el campo de concentración, construido en 1936, el cual  se convirtió en el modelo para los campos posteriores utilizados por el sistema de represión nazi para asesinatos en masa. Como ha de verse, el pasado está siempre presente, tanto que el sistema de educación alemán obliga a todos los estudiantes visitar un campo de concentración. ¡Otra sensación inexplicable!

¡Hasta aquí llegamos!  Como veras, Berlín se disfruta de día como de noche es una cuidad apasionante, excitante… ¡simplemente una experiencia única e inolvidable! ~